Un matrimonio a distancia es difícil, en mi caso hace más de un mes que junto a mi familia tomamos la decisión de optar por la migración, mi esposo salió del país donde hasta ese momento habíamos formado nuestro hogar, en búsqueda de nuevas y mejores oportunidades laborales que nos permitan aprender y alcanzar nuestras metas familiares.
Testimonio compartido para acompañar el proceso de quienes se vean identificadas/dos con esta historia. El nombre de la persona se mantiene en anonimato, por solicitud de ella.
Mi esposo fue despedido de su trabajo hace más de un año y nos quedamos con un solo ingreso en el hogar, es decir el mío.
Después de que él aplicara a varias vacantes de las que no obtuvimos resultados, pusimos fecha límite a esa búsqueda de empleo a nivel nacional, pues aunque él se la rebuscaba para aportar monetariamente al hogar, no era suficiente para mantener los compromisos financieros necesarios como el pago del préstamo hipotecario, el colegio de nuestra hija, etc.
Cuando tomamos la decisión involucramos también a nuestra hija, pues ella debía sentirse parte ya que de igual forma sería afectada por esa decisión.
Los primeros meses del cambio
Incluso antes de su partida fue difícil, preparamos los documentos que debía llevarse, o los que dejaba para luego yo enviárselos. Lo que hicimos fue enumerar las tareas que se debían finalizar antes que él se fuera al otro país.
Adicional, coordinamos las tareas de la casa, pues hay un gran peso que recae sin duda en los que quedamos a cargo del hogar, el manejo de emociones y duelo por parte de todos.
Una vez que él se fue, lo más duro fue el día a día, porque nos hacen falta esos besos y abrazos, también al momento de comer, pues su espacio está vacío, o cuando él no está presente en los momentos especiales.
Conforme pasan los días el sentimiento de extrañar a la otra persona invade no solo a los que se quedan (porque nos podemos abrazar), es mucho más fuerte para el que se va, porque usualmente está solo allá.
En esos momentos lo más importante es tener claro el ¿Para qué? ¿Cuál es el propósito? Y sobre todo ¿Cuál es la meta a alcanzar? Porque el sacrificio es grande, pero conforme pasa el tiempo, te das cuenta que el esfuerzo de todos vale la pena, a mí me pasó por ejemplo al cobrar mi primera remesa, y con eso dar un paso más hacia esas metas financieras que tenemos como familia.
Unidos en la distancia
Si bien es cierto que durante las fechas especiales hace una falta inmensa esa persona que está lejos, pero es en el día a día que se construyen las relaciones, por eso la comunicación es vital para mantenernos unidos.
Aprovechamos para hablar cuando va camino al trabajo- porque camina kilómetros antes de tomar un autobús- o en el camino de vuelta a su apartamento, nos aseguramos que nos cuente cómo le fue, qué fue lo más gracioso, lo más difícil, lo más bonito por medio de videollamadas, para que él nos muestre el lugar donde está, y así conocerlo a través de sus ojos.
También le comparto las notas de mi hija a papá para que vea los frutos del esfuerzo.
Si estás pensando en migrar….
Es importante aclarar que los consejos que compartiré a continuación son en base a mi experiencia, pueden existir vivencias distintas a las que yo estoy teniendo.
Antes de decidir migrar a otro país, analicen todas las opciones que tienen disponibles, agoten todas las vías y oportunidades.
Si descubren que la opción más factible es buscar empleo en otro país, disfruten mucho y compartan antes del último abrazo. Hablen claro con los niños para explicarles la situación (sin mentiras).
Una vez que la otra persona está en otro país, como familia, tengan las metas claras, comuníquense para conocer los horarios de trabajo/ estudio que tienen cada uno, establezcan un horario de llamadas para escucharse, motivarse y mantenerse unidos con esperanza y amor.
Por último, pero igual de importante, hemos puesto a Dios en medio de la relación, pidiendo siempre la guía de él en la toma de decisiones. Él abre puertas en medio de las dificultades, pues aunque mi esposo esté lejos, no sentimos que el amor haya disminuido, al contrario, nos hemos vuelto a encontrar desde el recuerdo y la esperanza.